Pero todos estos ímprobos esfuerzos parece que no han logrado evitar que la radioactividad haya llegado al mar, como comunicaban fuentes oficiales de Tepco (Tokyo Electric Corporation) ayer y han recogido hoy diarios como ABC. Ya no se habla sólo de los daños en el país del Sol Naciente, sino de las dramáticas consecuencias sobre el medio ambiente a nivel gobal. Las fórmulas de coexistencia humana con el resto de especies terrícolas están esquilmando la Naturaleza a marchas forzadas, y todos los síntomas de desgaste de la misma nos resultan casi ajenos hasta que empiezan afectarnos directamente, como en el caso del accidente nuclear o en cuestiones más cercanas como los máximos de contaminación alcanzados en Madrid y Barcelona hace unos meses, superando los límites aconsejados por la Organización Mundial de la Salud. Ese desprecio por aquello que tenemos como seguro (como en el caso del aire) conlleva consecuencias como el incremento en un 8% de las muertes por cáncer de pulmón en las urbes con altos índices de polución, según estima el Grupo Español de Cáncer de Pulmón en una reciente noticia del periódico Las Provincias
© Tecnomedias. Cubo de basura en la calle Hospital (Madrid) |
Ahora somos como el hijo único que no sabe compartir, y cada vez nos queda menos tiempo para entender que sin la colaboración activa y positiva con el entorno natural nuestra especie está abocada a la desaparición.
"Un pequeño paso para la Humanidad y un gran salto para el hombre"
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