Hoy miércoles, 23 de febrero, se clausura la presente edición de la pasarela de moda Cibeles Fashion Week, celebrada en Madrid y dedicada a la moda de la temporada Otoño-Invierno 2011-2012. Si en anteriores ocasiones la delgadez extrema de las modelos fue noticia, desde 2006 se controla cuidadosamente el peso de las mismas, cuando fueron rechazadas el 30% de las seleccionadas en aquella ocasión (20minutos), al no llegar al peso mínimo salubre entendido como el valor 18 del Índice de Masa Corporal promulgado por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Este año, sin embargo, se ha conseguido por primera vez que todas las modelos elegidas hayan superado la prueba de peso previa al comienzo de los desfiles, según informaba El Periódico el día que comenzaba la semana de la moda española por antonomasia. La noticia describe un gran hito si consideramos que esta vitrina de nuevas tendencias sirve de auténtico "modelo" nacional para los adolescentes y para todos aquellos ciudadanos preocupados por ir a la moda, que ahora observan los diseños de temporada en cuerpos más cercanos (aunque todavía alejados) a la realidad de la calle, y que luego toman forma en tallajes controlados por una normativa ministerial que evita los desfases en los patrones que sesgaban la percepción física final para dejar más satisfechos a los compradores.
© Tecnomedias. Pintada calle Conde Duque de Madrid |
Esta nueva conciencia sobre la salud y la imagen se refleja en la calle, en este caso, con una graffiti en la vía Conde Duque de Madrid que reivindica "Menos Barbies y más Barriguitas", magnífica fórmula para abogar por la belleza sana en todas sus tallas y formas.
La tiranía de las pasarelas hace que no sólo las modelos delgadas deban mantener su peso si quieren estar presentes en las colecciones de los principales diseñadores, también las modelos de tallas grandes tienen ese inconveniente, pero al revés: en estos días ABCcomentaba cómo la única estrella de la moda que tiene unas medidas fuera de los cánones marcados por la treintena (tallas 36, 38), la americana Crystal Renn, se queja de tener que mantener por exigencias de trabajo esa figura rellenita, habiendo recibido múltiples críticas del sector en el último mes por haber pasado de su talla 44 a una 40. La paradoja: mientras la gran parte de las modelos no pueden engordar, algunas como Crystal no pueden adelgazar si quieren mantener su trabajo. Quizás, la sociedad sí está preparada para un cambio de modelo estético, pero las marcas y sus mentes creadoras, todavía no.